San Cayetano para el trabajo; San Valentín para el amor; San Agustín para buscar a Dios o Santo Tomás para los estudiantes.
Desde los inicios del cristianismo, se acudió a la figura de los santos patronos en busca de ayuda frente a diversas situaciones.
Son figuras que guían, inspiran o interceden.
“Es la idea de alguien que nos cuida como comunidad, pueblo o ciudad”, explica Monseñor Mauricio Landra, Delegado para las Causas de los Santos de la Conferencia Episcopal Argentina..